Consejos para que tu página cargue como una exhalación

Es sabido que en el posicionamiento natural en buscadores (SEO) se ven implicados más de 200 factores, cada uno con su importancia y peso de cara a conseguir un buen ranking para las palabras claves que identifican tu producto o servicio. Indudablemente uno de esos parámetros vitales es la velocidad de carga de tu página.

Puedes medir el rendimiento y velocidad de tu web con varias herramientas gratuitas como Google Page Speed o GT Metrix . Los resultados arrojados te darán una idea muy fiable de la salud de tu página, su velocidad, y lo más importante: todo lo que puedes hacer para mejorar esos parámetros.

1.- Tamaño de las imágenes y videos.

Si subes una imagen tal y como sale de tu preciosa cámara Réflex, la velocidad de carga se verá gravemente mermada. Utiliza un programa de edición para reducir su tamaño y verás el resultado muy rápidamente. Evita subir archivos JPG a 300 ppp, ya que para la web basta con 72 ppp y no apreciarás la merma de calidad

Los videos, mejor embebidos de YouTube o Vimeo, ya que, hasta que se presione le botón de reproducción, sólo se estará cargando la carátula y un pequeño código.

2.- Intenta reducir el número de bloques de contenido de tu página.

Vemos en muchas ocasiones, sobre todo en páginas de inicio, como están plagadas de recursos como productos, galerías, sliders y demás; estos elementos no solo dispersan al usuario, si no que también repercuten negativamente en la velocidad de carga. Recuerda que es tienes demasiadas cosas importantes en tu página de inicio, al final el usuario no se fijará en ninguna.

3.- Utiliza el almacenamiento en caché del navegador.

Sobre todo en dispositivos móviles debemos almacenar los archivos en esa “memoria temporal” como es la caché del navegador, para que los mismos elementos no se tengan que cargar cada vez durante la navegación, o si el usuario entra durante varios días a ojear nuestra página. Actualmente todos los navegadores tienen capacidad para almacenar datos en la caché para intentar disminuir la velocidad de carga.

4.- Revisa la calidad del servidor.

Cuando uno no dispone de los conocimientos adecuados y selecciona su proveedor de hosting, en lo que más suele fijarse es en el precio. Aún tratándose de un dato relevante, debemos de confirmar que nuestra web será servida por una máquina lo suficientemente ágil como para no demorar la descarga de los archivos.

Comprobar que la maquina disponga de discos SSD (unidades de estado sólido), una buena RAM y analizar la cantidad de páginas con las que compartimos alojamiento, suelen ser de la comprobaciones más recomendadas. Y si sólo te fijas en el precio, busca un término medio en vez de irte directamente a lo más económico.

5.- Optimiza el código fuente.

Dos o tres líneas de código más o menos, no harán la diferencia, pero si el código de tu página web está desorganizado y con errores, hará que se pierda un tiempo precioso durante la navegación. Analiza tu página con las herramientas antes mencionadas y contrata a un buen webmaster que te ayude con esta tarea.

6.- Reducir los redireccionamientos.

Cada vez que un usuario accede a una URL, que a su vez le redirige a otra, (como el caso de los famosos 301), inevitablemente se pierde un tiempo. Tiempo que, por si solo, no tendría importancia, pero unido a todo lo demás la cosa se va a ir complicando cada vez más.

Reduce o elimina todas las redirecciones que puedas para que tu sitio web no se vuelva cada vez más lento.

 

Ya ves, 2 segundos no parecen nada de tiempo, pero si estamos navegando por Internet, se hacen eternos ¿verdad? Cuida estos detalles y lograrás que tu página fluya y cargue como una exhalación.

La velocidad es, sin duda, uno de los factores SEO más relevantes y es una de esas cosas que se deben tener muy en cuenta también en relación a la experiencia de usuario.